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Romanos, musulmanes, judíos y cristianos han dejado un profundo vestigio en el patrimonio, la cultura y tradiciones de esta histórica ciudad.
Aquí conoceremos la historia del paso de los romanos por la ciudad de Córdoba y la ruta para conocer los monumentos que aun permanecen en ella.
Córdoba Romana
A mediados del siglo II a.C. se funda Córdoba como Ciudad Romana, atribuida al cónsul Claudio Marcelo. Durante la época de ocupación romana los judíos ya estaban en Córdoba y disfrutaron de una enorme libertad de culto y de una gran permisividad por la entonces civilización dominante.
Historia
Córdoba alcanzo pronto un lugar importante en la Hispania romana, convirtiéndose en capital de la provincia de la Bética hacia el 27 a.C. y posteriormente hacia el 13 a.C. adquirió el rango de Colonia Patricia, debido a su importancia geográfica, comercial y estratégica.
Córdoba se convirtió en un relevante centro administrativo jugando un importante papel apoyando a Pompeyo durante la guerra civil entre este y César en la batalla de las llanuras de Munda en el siglo I a.C. Fue tras la victoria de César que se destruyó parcialmente la ciudad, pero se recuperó rápidamente y vivió una época de plenitud económica, política y cultural hasta el siglo III.
Sin embargo, no conservamos mucho de esta Córdoba Romana en la actualidad, solo algunos restos de su entidad urbana y algunos monumentos
Ruta de la Córdoba Romana
Uno de los monumentos romanos más conocidos de Córdoba y desde donde comenzaremos nuestra ruta es el Puente Romano sobre el río Guadalquivir construido en el siglo I a.C. y durante veinte siglos fue el único que cruzaba el río. Para llegar a el podremos ir a pie o en autobús en las líneas de Aucorsa 3 y 7.
El Puente Romano cuenta con 16 arcos, aunque originariamente fueron 17, cuatro de ellos apuntados y el resto de medio punto. En el centro encontraremos la escultura de San Rafael, obra del siglo XVI. El puente ha sufrido varias remodelaciones a lo largo de la Historia, siendo su estructura principal del medievo, y su intervención más reciente de 1876.
A la derecha del Puente Romano podremos observar el molino de la Albolafia, reconstruido en la primera mitad del siglo X, es un molino hidráulico que posee una noria restaurada, con el fin de elevar el agua del río hasta el palacio a través de un ingenioso acueducto, pero en su origen la noria fue mandada desmontar por la reina Isabel La Católica por el ruido que producía.
Subiendo la calle San Fernando llegaremos a el Templo Romano en la Calle Claudio Marcelo, junto al Ayuntamiento. Es el único templo romano del que ha llegado evidencia arqueológica, dedicado al culto imperial y fue uno de los templos más grandes de la época. Formó parte del Foro Provincial junto con un circo. Originariamente estaba elevado sobre un podio y contaba con seis columnas exentas de tipo corintio en su entrada. Frente a ésta se levantaba el ara o altar. Sa reconstrucción fue llevada a cabo por el arquitecto Félix Hernández. Hoy en día solo se conservan en pie 11 de sus columnas que podemos visitar desde la calle y algunas de las otras piezas originales del templo se encuentran expuestas en el Museo Arqueológico.
Por último, subiendo por la Plaza Tendillas en el paseo de la Victoria encontramos el Mausoleo Romano de Córdoba, descubierto en el año 1993, es una construcción funeraria romana del cuatro del siglo I d.C. donde en la época romana se hallaba la puerta occidental de la ciudad. El Mausoleo estaba constituido por dos zonas, una zona en la que se disponía el cadáver y, separada con un muro, una sala en la que se procedía a su cremación. Es un monumento de grandes dimensiones y estructura cilíndrica, se piensa que pudo haber sido diseñado por un arquitecto itálico, tomando como referencia otros mausoleos de la capital imperial.